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martes, 31 de mayo de 2011

Este tiempo

Ya es este tiempo.

Un telón se abre y asoma Este tiempo. Aquí es el presente, siempre tenso, el que se indaga. Habla Guillermo Korn desde el estuche del nuevo disco de Liliana Herrero.














Liliana Herrero es LA INTÉRPRETE argentina. Y en este nuevo tiempo, en este nuevo disco, en Este tiempo, interpreta composiciones de este tiempo, como sólo ella puede hacerlo.

Lo hace con Aristimuño, y el viento sur se transforma en hermosa brisa litoral. Lo hace con Spinetta, y la poesía de baguala urbana es el sonido de la tierra. Lo hace con el genial oriental Edu Pitufo Lombardo y es tan Río de la Plata como sus mesopotámicos afluentes. Lo hace con la cercanísima dulzura del bardo milonguero Fernando Cabrera y no existen las distancias. Interpreta a otros más orientales y a otros porteños, y a otros interiores argentinos. Y a todos los resignifica, los desarma y los convierte en sentimiento, en la pasión de su voz.

Liliana Herrero juega con las versiones. Se divierte, las sufre, las sueña, las vive y las impregna de todo su humor -hermoso humor- y de su belleza.

Se desdibuja, se nubla, se empaña en la tapa del disco, porque la claridad está en las canciones y en la voz. Es ese el terreno de la verdad. El espacio de Este tiempo.


Ya es este tiempo. Y, mierda, qué lindo que es cuando lo interpreta Liliana Herrero.


Maridajes

Cuándo: je, en este tiempo, claro

Dónde: en el mundo irrespetuoso y genial de la interpretación de Herrero

Cómo: indagando el presente



LIliana Herrero - Tu nombre y el mío







sábado, 28 de mayo de 2011

Despierta

Venimos de un post japonés. Y se me vincula con la comida japonesa que comimos anoche con mi amigo-hermano Pablo. A Pablo le gusta mucho la comida japonesa, fantasea con la comida japonesa y a veces concreta las fantasías. A mí también me gustó mucho la comida japonesa de anoche.














Pasando a cuestiones menos abstractas, hablábamos ayer con Pablo de este disco, el último de Las Pelotas. Y cómo nos gusta. Qué bien que están -que estuvieron siempre, pero ahora más- Dafuncchio y compañía. Cómo se extraña el Bocha, y sus saltos y sus bailes, y sus locuras noventosas, que alguna vez compartimos de puta casualidad. Pero qué bien están.


Y Pablo y yo, personalmente, creemos que todo esto es una locura. Y lo creemos, muy especialmente, por vos y por vos. Después es sólo un recuerdo. Todo pasará.

Despierta. Despierten. Despertemos.


Maridajes

Cuándo: cuando llegue el día

Dónde: en el cielo, en la oscuridad, en el tiempo

Cómo: personalmente



Las Pelotas - Personalmente







Derrida

No hay nada por fuera del texto.

¿Podría existir este disco fuera del espacio y del tiempo?
















Ryuichi Sakamoto nació en Tokio hace unas 5 décadas aproximadamente y compuso Derrida en 2003.

(En el fin de semana largo de octubre de 2004 el filósofo argelino-francés Jacques Derrida murió. Recuerdo estar tirado en la arena de Punta Mogotes -bien abrigado- una mañana de ese fin de semana -fin de semana salvaje, despedida de soltero de mi gran amigo, el Tano- leyendo el diario y enterarme de la noticia. Son boludeces que uno guarda en la memoria RAM, ocupando espacio que podría utilizar para cosas más importantes, pero ¿quién sabe?)

Algo destacado de Sakamoto, además de que es un genial compositor de estos tiempos, es que es un batallador incansable en contra de los derechos de propiedad intelectual. Alguien que ve que esa instancia del derecho mundial atrasa unas décadas o, al menos, una revolución: la tecnológica.

El disco es de las cosas más extrañas, queridos lectores, que puedan escuchar en este blog. Pero es, como todo disco de Sakamoto, un cuidado destello de composición musical y que genera el ambiente exacto que el conjunto de la obra necesita.

Todas sus canciones tienen una denominación ordinal. Pero están ubicadas fuera de orden. Es decir, todas las composiciones tienen las iniciales del filósofo y un número de orden, se llaman jd001, jd002, y así sucesivamente. Pero no sucesivamente. Porque la ubicación que tienen dentro del disco es aleatoria (¿aleatoria?) o desordenada (¿desordenada?). Ustedes, inteligentes lectores, sabrán entender qué es lo que estoy tratando de contarles. Y si no, lo imaginarán. O bien, se harán su propia idea. Y esa es la deconstrucción primaria del escucha de este disco derridiano.

Un disco con sonidos híper incidentales, en representación de un filósofo incidental. Que fue pensado como banda de sonido para un documental incidental sobre todo eso. El texto. Todo ahí.

No hay nada por fuera del texto. Todo está en este disco de Ryuichi Sakamoto.

Maridajes

Cuándo: en la postmodernidad

Dónde: en el texto

Cómo: deconstruyendo



Ryuichi Sakamoto - jd015







viernes, 27 de mayo de 2011

My generation

En otros posts les hablé de algunos músicos por los que tengo debilidad. En esta banda de cuatro, la mitad de ellos me produce eso que no se puede explicar pero que hace que uno vea esos tipos como amigos, genios, tangibles, y algo más que humanos (algo más, es decir, muy humanos y -a la vez- en otro nivel del que nos encontramos los mortales). Uno de ellos murió, así que estaba en el mismo lugar que todos los mortales, ya lo imaginaba.

Keith Moon es algo así como la fantasía hecha tambor. No puedo más que rendirme a los pies de esta bestia (en todos sus sentidos). Y Pete Townshend, algo así como dios, pero sin ser dios, y sólo siendo un simple guitarrista.

La otra mitad de la banda no es menor, son otras dos genialidades que podrían haberme puesto la piel de pollo si no existieran los dos nombrados primero: Roger Daltrey y John Entwistle.
















The Who edita en 1965 su primer disco: My generation. Una declaración de principios, un manifiesto de rebeldía y un aporte único al salvajismo del rock naciente.

El disco originalmente contaba con 12 canciones, pero la edición posterior deluxe sumó otras versiones y algunas canciones inéditas transformándose en un disco doble con 30 canciones.

Lo que aún hoy me alucina escuchando la canción que le da nombre al disco, que no para de sorprenderme y que actualiza toda la vitalidad de la canción es el tartamudeo -al frasear algunas partes de la letra- de Daltrey. Es bronca y es desesperación. Es actitud y es juventud. El tartamudeo es la estética perfecta de la totalidad de la idea y de la canción. Una maravilla de estas 4 bestias que hartos, dijeron: escuchas del mundo entero, bienvenidos al rock!

Y la frase, claro: I hope I die before I get old.

Maridajes

Cuándo: en la era filosa del rock

Dónde: en el Olimpo de las bestias

Cómo: gritando, tartamudeando



The Who - My generation







jueves, 26 de mayo de 2011

Isla del Tesoro

Mientras esperamos el nuevo disco de Liliana Herrero que está a punto caramelo, vamos con una anécdota que me trajo el viento a la memoria y que me enternece hoy tanto como en aquel momento. Porque nos gustan las anécdotas, vio…

Era -creo- el año 2004 o 2005. Cursaba yo una materia dictada por Horacio González. La materia se llamaba Pensamiento político latinoamericano y era, como todas las materias de Horacio González, un cúmulo de pasión y retórica que hacía el deleite de los cursantes. La historia quiso que ese fuera el último cuatrimestre que se cursara esa materia por diferentes cuestiones que no vienen al caso. La materia se despedía, pero un poco también González se estaba despidiendo de las clases porque durante esa cursada había recibido el llamado del entonces presidente Néstor Kirchner quien le ofrecía la vicedirección de la Biblioteca Nacional que -hasta hoy- se transformaría en dirección luego de la partida de Elvio Vitali. La cursada, así, se venía transformando en una suerte de río que llevaba un caudal cada vez más inminente hacia la desembocadura que se avecinaba en las últimas clases y que tornaban más pasionales las clases y ponían un halo de emoción a cada reunión (y a cada post clase en El caminante, cerveza y pizza mediante). Llega el día de la última clase y ese espíritu se había vuelto irrefrenable. González emocionado, algo distraído, nervioso por la situación (y más por la asunción como funcionario) y -extrañamente- bastante torpe en su discurso eran los lugares a los que lo había conducido este final. Lo inesperado lo topa con una sorpresa que lo paraliza: a los minutos de iniciada la última clase entra, hermosa, Liliana Herrero, lo saluda con un simple movimiento de cabeza y con su sonrisa, y se sienta en el primer banco de la primera fila. La sorpresa da por finalizada toda chance de retomar la senda del profesor. Como dos adolescentes enamorados se quedan sin palabras y la emoción los embarga. La clase, esa última, fue la más sentimental y pasional de todas las clases de la materia. Todo gracias a la sorpresa y a la bella locura de Liliana Herrero.

Dicen por ahí que el disco que está por editar Liliana Herrero, Este tiempo, será sorprendente y apasionante. Como casi todo lo que sabe hacer la doña de Villaguay.















Hace 17 años editaba, Isla del Tesoro, un disco en el que aparece en su tapa como una esquimal litoraleña salida de un cuento extraño. Un disco en el que todavía se escucha el acompañamiento Páez que (gracias Fito!) la convenció de grabar estos primeros hermosos discos. Un disco que le otorga una potencia única a varios clásicos del folklore argentino. Y que les impone la marca Herrero. Marca de belleza, pasión y siempre sorpresa.

Escuchen esta versión de Piedra y camino, lectores, y cáiganse de culo. Pero claro, también cierren los ojos y disfruten.


Maridajes

Cuándo: mientras esperamos el nuevo disco

Dónde: en una isla

Cómo: apasionadamente



Liliana Herrero - Piedra y camino